InformaciónHay historias que definen a las personas. Historias familiares, íntimas y cotidianas narradas por los que asisten al acontecimiento de una vida, de su crecimiento o su declive. Y luego están las historias que cuenta la Historia. Judas. Una vida. ¿Quién es? Un traidor, un egoísta; también un hombre que llora; también un hombre que tuvo ocho años, que regaló su juguete favorito (y el único) a otro niño; también un hijo, fruto de una madre.
En un lugar intermedio entre el Cielo y el Infierno se celebra un juicio. Es en ese lugar, que curiosamente se llama ‘Esperanza’, donde se medirán las consecuencias de la libertad de decisión, de la desesperanza y, al mismo tiempo, donde se buscará llegar a la verdad de un hombre: Judas. En el juicio final de Judas, Cunningham, su abogada, y El-Fayoumy, el fiscal, tienen preparadas preguntas para santos, filósofos, acusados o mártires, pero tanto las preguntas como las respuestas dadas suponen una profunda reflexión que sitúa al público en un lugar un tanto incómodo. Sí, un juicio. O más bien, un espejo. La Humanidad frente a la Humanidad. ¿Culpable o inocente?.
Más Información